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Cómo NO debes montar un negocio offline (caso práctico)

 

En este post te voy a contar por qué prefiero -y cada vez más- el emprendimiento online no exento de curro y esfuerzo, frente al emprendimiento offline. Hete aquí mi caso y experiencia personal en estos últimos meses. ¡Vaaaaamos allá!

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Tienes un negocio digital. La cosa va bien y decides dar el salto al mundo offline. Sabes que te enfrentas a un formato físico, un local, burrocracia masiva, etc.

Pero la ilusión de comenzar un proyecto, un negocio nuevo, para alguien que es emprendedor nato puede más que nada. Son las espinacas de Popeye. La proteína de suero de Hulk. La coca cola de Chimo Bayo...

Analizas la situación y piensas que sería un complemento profesional estupendo a lo que haces ahora. (o en tu caso, puedes elegir que no solo complemente, si no que sustituya, se quede en segunda o primera opción, etc.)

Normalmente, cuando tenemos una idea o un proyecto (en términos de "emprendimiento") que queremos llevar a cabo  nos asaltan ciertas dudas las cuales en el caso de lanzarnos, luego intentaremos justificar y racionalizar.

Lo que ocurre es que si el negocio se va a la mierda por mucho que intentemos razonar, lo que hacemos es justificarnos. (que en parte es lo que hago ahora, ¡juas!)

Ojo, escucha bien. No estoy diciendo que si algo sale mal sea culpa tuya. Quizás todos cuando montamos algo y luego "cae" tengamos algo de culpa. Te lo voy a explicar clarinete en este post como te adelantaba antes, con un caso muy real: el mio 😉 ¡Para nada es culpa mia, tuya, de nadie!... son las circunstancias. (...)

En este post te contaré como en este caso, si que hay algo de mea culpa

El Plan de viabilidad, de negocio o como leches lo quieras llamar, NO siempre funciona


Te dedicas a esto de la internete, usas un portátil mayormente, y cuando curras o emprendes digitalmente, sueles tener el famoso "síndrome del pijama", es decir, curras frente a la pantalla con pijama y batamanta, pantuflas y poco más. (no me digas que noooo...)

A mi personalmente no me gusta trabajar de esta forma. Si tienes que salir a la calle, atender videollamadas o realizar un webinar, etc., ir en plan híbrido camisa-pijama no es lo mio. Pero sobre gustos...

A lo que iba. Piensas que los demás están en tu misma situación y ya comienzas a indagar un poquillo con el maps, el censo, calculas a dedal cuantos autónomos, freelancers, teleworkers (¡yeah!) o en definitiva, profesionales liberales que pueden verse con tu misma necesidad.

¿Cuál és esa necesidad? Pues un jodío lugar donde tener tu espacio para currar y de paso, hacer networking presencial, como el que haces en los grupos del feisbúk.

Como eres un tipo muy avispao, deduces enseguida que lo que necesitas tú, y esa gente empredora como tú, es un coworking. ¡tachán!

La cosa está en que abundan como setas. Pero donde tu vives, en más de 30 km. a la redonda no hay nada que se le parezca. Hay un huevo de habitantes, y localidades cercanas ávidas de coworking. O eso piensas tú.

Y un día, tu mujer, que es más lista que tú, aunque a veces te hace caso y no sabes por qué (¿será la barba?) tiene la ilusión de tener un espacio donde las mamás y los papás puedan estar con sus peques mientras se forman, comparten momentos con sus hijos o se dedican a su negocio. Todo ello es posible en ese espacio imaginado.

Entonces, ambos, os ponéis a investigar. Lees y ves mucho material (y bueno) sobre conciliar, no renunciar, coworking con ludoteca... y otro no tan bueno (postureo, fotitos, chorraditas varias... pero que al fin y al cabo indica que es un tema que interesa) y ''¡zas!" ya lo tenéis.

Parte de esa investigación, consiste en testear a la gente que puede ser tu público objetivo, tu futuro cliente. En nuestro caso, mamás y papás autónomos con hijos para la parte del coworking con (o sin) ludoteca.

Para ello, además de hacer números, cálculos con ejemplos mínimos y máximos, y por tanto, los idóneos para que el negocio sea viable, tenemos que avanzar más en el testeo.

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Revelación: Las encuestas no sirven para nada 


¿Qué tal sería un lugar donde emprender, y si lo necesitas, poder dejar a tu/s peque/s en la sala contigua? Cuando te marches a casa lo/s recoje/s y listo. Perfecto. Conciliación pura y dura. Crém de la crém. Sin duda.

Pero, por si acaso, aunque tu creas que la idea, el proyecto es la pera limonera, realizas un estudio previo. Lo que se llama un plan de viabilidad. En ello incluyes encuestas. Tipo test A/B. Para ello te basas en varios grupos de madres y padres y solteros/as y les envías preguntas similares a todos ellos.

Lo hacéis tanto a nivel digital como presencial. Comentas. Habláis con conocidos y amigos sobre vuestra idea/proyecto.

Y como casi te esperabas, la respuesta es más que positiva. Lo siguiente. Sublime.

Cosas como "si aquí hubiera algo así, yo iba fijo", o "que gran idea, si señor", e incluso "os vais a forrar, que maravilla. Me encanta" y cosas por el estilo.

Y una mierda.

Así, en castellano profundo. Sin aditivos. 

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Revelación: La gente no siempre dice lo que piensa, ni hace lo que dice, ni piensa lo que dice


La gente de boca, responde muy bien. El pasar a la acción, ¡ah, my friend! Eso es otra cosa...

Hay gente que te dice las cosas sinceramente, de buena gana, pero también hay que te dicen "ah sí, que guay" y luego les preguntas qué es lo que más guay les ha parecido de todo y te sueltan perlas como "ahh... bueno... pero, ¿qué era un coworking?" Hummmm... y si no el que dice (a ti no, que al menos se agradecería) que un menú de 8 a 10 adultos es caro por 25 euros (menos de 4 pavetes por persona). Requetehummmmm....

Claro, que muchas de estas cosas las percibes cuando ya has montado el negocio.

Cuando te quieres dar cuenta te has quedado más pelado que una gamba, te han faltado cosas por hacer y aquellos que respondían en las encuestas "que les molaba tu negocio y les vendría muy bien" pasan del #queguayqueaquínohaynada al #ufesquesinoesgratiscomoqueno.

Y yo que pensaba que no había puesto en ningún sitio lo de que eramos una ONG, játe


Revelación: Los "Me Gusta", "Siguiendo", y "Compartir" tampoco sirven para nada


¡Siento decirte esto! Bueno, la verdad es que no.

Si tienes cualquier tipo de negocio (digital o físico, me da igual) y has hecho campañas en FB Ads, Twitter cards, etc. te habrás dado cuenta (a base de decepciones) que muchos cursos de los que has hecho sobre "cómo petarlo en Facebook con anuncios que venden" realmente lo que te ayudan es a tener visibilidad. Poco más.

Eso está bien, por supuesto, pero dime una cosa ¿has vendido últimamente con ese sistema? Probablemente no, salvo que seas una gran marca o compañía y te muevas a nivel global.

Y ya si tu negocio es local, lo tienes chungo. Y te lo digo por experiencia con las dos fanpages de FB que tenemos en nuestro negocio. Hay un montón de "Likes" y seguidores, y en este momento hemos cerrado el coworking, lo hemos alquilado como oficina a una empresa y la ludoteca anexa la traspasamos como local de eventos y celebraciones.

Si estás pensando que no he segmentado bien, o que he invertido poco en los anuncios, pujas y demás historias... ahórratelo. Todo eso ya lo he tenido en cuenta porque no soy novato en esto. Palabra.

Incluso hicimos lo que magistralmente explica en este post mi ídola Ana Mata, experta en Marketing y en decirte las cosas claras tal y como son son son.

Hicimos de todo lo conocido (legal) para atraer clientes. Cierto, se puede hacer siempre más... Pero aplicamos las formulas para saber cuánto nos costaba cada cliente, y cuanta rentabilidad nos daba cada uno. Creo que el coste ha sido mayor de lo que nos ha traído cada cliente. Otro error.

En resumen, ¿alguna vez has estado enfermo, se te ha muerto un perro -a mi sí, y era una más de la familia- o te ha pasado algo y has recibido una palmadita en la espalda con el consiguiente "si necesitas algo..."? pues esto es lo mismo.

Ese "si necesitas algo..." es como "parece que va a llover". Genial. Tupendo. Me la pela. Es algo cordial, algo que se lleva el viento. Como el "hola, vecino".

Joder, necesitas clientes, pasta, que venga gente. Las buenas palabras no dan de comer. Así que, ahora empieza lo bueno de este post, la MASTERCLASS para que no te pase lo que a mi -y a mi mujer- y si quieres montar un coworking o ludoteca tengas muy claro los pasos a seguir. Vídeo que te crió...

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Resumiendo. Plan de viabilidad, puesta en marcha, apertura, cierre y ¡bye bye!

A la hora de montar un negocio off line o físico -sea o no a pie de calle- debes tener en cuenta varios factores que en mundo digital no importan tanto.

Evidentemente, emprender es emprender, y tener un blog o una tienda web no quiere decir que no se asuman riesgos o inversiones. Software, dominios, la cuota de autónomo, etc. son cosas de las que no te vas a escapar.

El problema es cuando topas con requisitos a la hora de montar un negocio basado en un local u oficina comercial, (fíjate bien, digo "comercial" y no simplemente un despacho donde desarrolles tu actividad) la cosa se puede complicar.

Me explico.

Un coworking, por ejemplo. En este caso, nosotros tuvimos que habilitar un bajo comercial que estaba hecho una auténtica basura. Podías coger cucarachas a capazos y aún así seguían apareciendo. 

Ni te imaginas todo lo que tuvimos que hacer para dejarlo desinfectado, limpio y en condiciones higiénicas. A la hora de la licencia se trata de una actividad inocua. Por lo que basta con presentar un proyecto de la actividad a desarrollar -en este caso se tramita como oficina- junto con una declaración responsable firmada.

Hasta ahí bien.

El problema es cuando quieres usar una sala anexa como ludoteca para los clientes del coworking (coworkers para los amigos). Resulta que no es posible. Toma palo.

Tienes que solicitar otra licencia para dicha sala, que pasa a llamarse coloquialmente sala infantil y legalmente "ludoteca. Espacio destinado a uso infantil de pública concurrencia".

Ya la hemos cagado.

Llegados a este punto, otra opción que teníamos es que tanto el coworking como la ludoteca pudieran regirse por la normativa más restrictiva (la de la ludoteca, claro) con lo cuál te ahorras una licencia pero se incrementa el montante destinado a insonorización. ¡Tomaaaaa ya!

Hay que tener en cuenta que insonorizar 60 metros cuadrados cuesta unos 4500 euros IVA aparte. Si la ludoteca tiene 120 y el coworking otro tanto. A hacer cálculos.

Te piden lo mismo que si fueras a montar una sala de fiestas o una discoteca. Mete insonorización a saco -claro, teniendo en cuenta que los niños por el día son muy escandalosos y la gente y los coches que pasan por la calle no-. 

También te piden adaptar un baño. Lógico. Lo que ya pierde lógica es que si la otra parte del local es un coworking, para que coño me pides que ponga otro aseo. Hay que tener sí o sí 3 aseos por si vienen muchos cagones.

Eso no es todo. Aun cuando pases la OCA de audiometría (medición de decibelios) cosa que no es gratis (al igual que insonorizar todo el techo y media pared del local) te queda por pasar el proyecto eléctrico -más pasta- que no tiene nada que ver con el boletín que debe hacerte un electricista y otra posterior medición -more more money- llamada OCA eléctrica.

Y ¡ojo! siempre y cuando previamente todo el cableado esté libre de halógenos. Si no es así te toca cambiarlo. (que levante la mano quien tuvo que hacerlo 😉 )

Llegados a este punto, te dan ganas de mandarlo todo a tomar por saco, volverte a casa, poner un rato Netflix y a pasar de todo.

Pero no puedes. Otro Palo. Ves sumando 😉

Estás metido en el meollo. Y sigues porque sabes que tu nuevo negocio lo va a petar. Vas a tener llenazo de coworking, lista de espera y la ludoteca lo mismo. Porque además, vas a ofrecer celebración de cumpleaños y eventos, y ya estás pensando en hacer entrevistas para monitores/as de ludoteca. ¡Woooow!

Todo eso, presentando papeles y más papeles y en medio de requerimientos porque siempre falta alguna chorrada. Si tienes la -mala- suerte de encontrarte un técnico municipal -conocidos como arquitectos- lentito y algo incompetente, probablemente se te hará todo más eterno y difícil.

Y ahora, ¿qué pasa qué pasa pá?

Pues en el momento de escribir este post, hemos puesto en alquiler (subarriendo más bien) la parte de coworking, el cuál consta con unos 125 m2 preparado para oficinas, una clínica o negocio cuya actividad sea inócua y la otra parte la alquilamos como sala de eventos.

Esto a modo de prueba. Si los resultados son buenos, pues mira, una fuente de ingresos (aunque no sea para tirar cohetes) que añadir al emprendimiento digital.

Si tampoco funciona, pues echaremos mano de Wallapop y Milanuncios y a vender el mobiliario, que en casa no nos cabe.

En fin, que son unos meses perdiendo tiempo, dinero e ilusión. ¡¡Náaaaaah!!

En Conclusión

Podía haberte contado en este post que nos ha ido genial y que este supernegociazo lo hemos traspasado para generar pasta. Pero no me va eso. Es como si te cuento que "puedes vivir de un blog, ganar 18.000 euros al mes viajando o tomando mojitos en la playa". Ejem.

En cuanto al mea culpa mencionado al inicio del post he de reconocer que la cagamos al creernos las buenas palabras y la respuesta positiva que el proyecto despertaba en la gente. Las malas palabras no vienen mal, pero generalmente no les solemos hacer caso por aquello de que hay gente que lo de que emprendas, o que te pueda ir bien, como les causa terror (o no).

Cuando comenzamos con todo el papeleo, al poco, los imprevistos en parte desvelados por la ineptitud y lentitud del arquitecto de turno deberían haber servido de pista para dar un paso atrás y replantearnos si merecía la pena todo el esfuerzo e inversión que estábamos acometiendo.

Evidentemente, el hecho de que la gente (posibles futuros clientes) te machaquen con un "¿abrís ya? es que aquí no hay nada" hacen que te decantes por seguir. Eso, y la ilusión agilipollada en la que nos envolvía el proyecto.

Pero como dice el anuncio, "las cosas vienen cuando vienen..." y realmente, no cuando uno quiere o espera, pues eso, no vino. No vino afluencia de clientela, no vino el dinero, no vino nadie, vaya.

Y era lógico, porque si tienes que estar explicando a cada un@ que se paraba enfrente de tu negocio, qué es un "coworking" y ya si este da servicio adicional de ludoteca... apaga y vámonos.

Lo digo y lo repito. Fue un error. Nuestro, y de nadie más.

Este mismo negocio en la capital, posiblemente hubiera funcionado. O quizás no. Lo montamos en un pueblo casi ciudad donde lo que triunfa es el todo gratis o tirarte toda la tarde en el parque.

Si hubiéramos montado un parque de bolas con merienda de sobaquillo (tráete el bocata y las pipas y nosotros ponemos la bebida), igual hubiera funcionado. Pero eso no era la idea, ese no era el negocio que queríamos.

La cuestión es que hemos aprendido con ello de la experiencia. Es decir, hemos sacado en claro que:

  • Si no eres Burger King, MC Donald's o Prymark, un plan de viabilidad o un plan de negocio no sirve de nada. Es tan fiable como el hombre o la mujer del tiempo del telediario (e incluso este tipo de fanquicias y empresas han tenido que cerrar uno de sus locales en alguna que otra ocasión. No digo exáctamente esas marcas, perooo... algunas hay).
  • Las encuestas no reflejan necesariamente la realidad. Es decir, que la gente diga que les mola tu proyecto y que si que harían uso o comprarían algo que vendas u ofrezcas no quiere decir que eso vaya a suceder, más bien al contrario.
  • La administración no está creada para ayudarte, si no para ponértelo más difícil todo. Si crees que estoy equivocado, seguro que piensas que Espinete, Epi y Blas y Bob Esponja son seres reales chuli guays.
  • Para montar un negocio offline, aunque previamente te hayas requeteinformado de los pasos a seguir, condiciones y normativa, busca y rebusca y contrasta opiniones. Luego vienen los palos. Amén.
  • Siempre hay que tener un plan B en la manga, y un colchón económico por pequeño que sea. No hay que hacer caso a los manga-gurús del "no tengas plan B si no no funcionará el plan A".  Sí, mi prima. Si sale mal no te va a mantener el gurú de los cojones (sobre todo si el batacazo no depende de ti).
  • Con lo aprendido en esta experiencia, en España nos quedamos igual, pero en EUA podemos impartir clases hasta en la Universidad. ¡Menuda experiencia, amigos!

Ya ves. Podría haberte contado en este post que lo hemos petado, que vamos incluso a franquiciar, y de paso nos hacemos unas fotos con un Ferrari de corchopán para el postureo. Pero no. Las cosas son como son y hay que contarlas. A veces hay éxitos y otras fracasos, y estos últimos son parte del temario del verdadero éxito emprendedor.

Entenderás my friend, por qué me vuelvo/nos volvemos -nunca me he ido, que conste- a mi cortijo digital con mis amigos y clientes bloggers y emprendedores digitales, ¿verdad? 

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Ahora ya sabemos un poco más sobre cómo no debes montar un negocio -físico-.

Seguro que te vendrá muy bien, ojalá hubiéramos tenido acceso a información como esta antes de lanzarnos.

Hasta el próximo post.

Un post de Miguel Aguado.

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Publicado en Blogging Solutions